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Año nuevo

   Intenté por un tiempo demostrarle mi valía. Anticipaba lo que podía necesitar y le presentaba las soluciones, el discurso o el informe perfecto que respondía a lo que él buscaba. Palmadita momentánea en la espalda y luego todo volvía a ser igual. Nada era suficiente. Siempre había algo más que podría haber hecho y que dejaba este sabor constante de no cumplir. De no valer. Y yo seguía insistiendo. Ante su evidente insatisfacción, yo adaptaba mi comportamiento a lo que intuía que le agradaba: más sumiso, más dependiente, más servicial... Cada vez menos yo.   Empecé a afirmar preguntando cosas que tenía claras, para que él sintiera que tenía el control, que él decidía. En esa época, la palabra que más definía el ambiente era "insuficiente". Por más que me esforzara, por más saltos mortales que diera consiguiendo metas, nunca era suficiente.   Por qué me quedé tanto tiempo? ¿Por qué insistir ante alguien que claramente te descarta? Tenía la insistencia de una niña qu...

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