Tolerancia

Tengo un pequeño amigo que es autista. Por lo que cuentan los médicos, es un autismo leve y como aun es pequeño apenas es observable. Pero aun así...mi amigo es diferente. Y siempre lo será.

Los padres nos sentimos aterrorizados ante la posibilidad de que nuestros hijos vayan a ser diferentes. Tenemos miedo de que la sociedad les vaya a rechazar, juzgar, insultar o mostrar pena. Y los padres no queremos ni crueldad, ni pena hacia nuestros hijos. Queremos tolerancia, comprensión hacia otras maneras de ser, de vivir la vida, de comportarnos.  

Mi amiga, que es la madre de mi pequeño amigo, se pregunta como va a poder luchar contra la gente que le puede hacer daño a un niño autista, a una persona autista. No necesariamente con mala fe, sino simplemente por ignorancia, sin quererlo, o sin saberlo. Probablemente la respuesta pase por un proceso más amplio. Se trata de que la sociedad sea capaz de aceptar lo diferente. Que amplíe su línea trazada de la normalidad.  Que pueda aceptar un autista, un inmigrante, un negro, un homosexual, etc, etc. Que rechacemos lo malo, lo no-honrado, lo mentiroso, lo injusto, lo abusivo en vez de aplicar prejuicios a grupos grandes y generales.  

Mirando hacía atrás, la sociedad, la española, ha mejorado un montón. Hay mucha gente que voluntariamente apoya, defiende, y provoca el cambio en muchas personas y mentalidades. Y cada día se nota más. Allí está lo que mi amiga puede hacer: con su actitud cambiar la posición de los demás. Porque todo rechazo viene de falta de conocimiento. Y conociendo, la gente comprende y termina por aceptar. Gracias a mi pequeño amigo y a su madre, yo entiendo un poco mejor a los autistas...