Cuento rumano: "Tinerete fara batranete si viata fara de moarte"


      Hay un cuento rumano al que yo le tengo un especial cariño que narra la aventura de un príncipe que va en búsqueda de la tierra donde existe "la juventud sin vejez y vida sin la muerte" (es el nombre del cuento). Se despide de su padre, de su madre y sus hermanos y se va a recorrer el mundo. Después de muchas aventuras y pruebas, finalmente encuentra la tierra que tanto desea. Un lugar que está lleno de campos verdes y flores, de canciones y gente eternamente joven. Allí se enamora y se casa con una bellísima princesa.  
     En aquel lugar vive feliz durante un tiempo...hasta que llega un día que ya nada le satisface y día tras día se vuelve más triste al echar de menos a sus padres, a su tierra. Empieza a buscar el camino de vuelta a casa pero su bella esposa le advierte que al pasar el "Valle Lloroso" ya no tiene vuelta atrás y que va a perder su naturaleza inmortal. Un día, a pesar de todo, el príncipe lo deja todo atrás, cruza el valle lloroso y se encamina de vuelta a su casa parental. Según iba andando y cruzando pueblos, su pelo se volvía cada vez mas blanco, su piel se hacía cada vez más arrugada, su espalda se encorvaba y su paso era más pesado. Nada del camino de retorno era como el recordaba...hasta que un día llegó por fin a su casa. Al llegar allí, el castillo de sus padres estaba en ruinas, el pueblo ya no existía y todo estaba viejo y abandonado. El príncipe, ya anciano, se sentó en una piedra y con el corazón desgarrado por no haber podido ver una ultima vez mas a sus padres, se muere.
     Recuerdo que impresión tan fuerte me provocaba de pequeña este cuento. Y ahora, aun más, me parece desgarrador. La sensación de encontrarse en un mundo donde no haya nada reconocible, nada amado. Volver a los recuerdos (a quien no le ha pasado volver en un lugar amado y recordado y encontrarlo mas pequeño, o mas feo) y encontrarlos en ruinas. No sé si es la nostalgia por los lugares que dejas atrás y que hace que las cosas que tenemos en nuestra memoria tengan ese brillo idealizado y totalmente roto de la realidad. O la nostalgia de la propia juventud que por mucho que la buscas en los recuerdos, o en la gente....ya no está allí. O quizás es el vacío de haber cumplido un sueño perseguido y ver que no lo era todo. O eso y mucho mas .. 
 

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