Galletas de mantequilla y amor

     Cuando se acerca la fecha del cumpleaños de mi pequeño, la casa se pone del revés y entramos en una actividad febril de preparar cosas, organizar...Es algo que he aprendido de mi madre, y ella de la suya. Una semana antes empieza el movimiento. Que preparamos?, que comemos?, que llevamos al cole?, como decoramos?, que le regalamos?...Según mi madre y mi abuela, no hay merito si no te matas antes preparando cosas. "Mama, que lo podemos comprar!". Nunca, nunca comprar es lo mismo que hacer tu misma, ni tan bueno, ni tan sano, ni con tanto amor. Mi abuela se pasaba días y noches enteros en la cocina, y vaya si cocinaba, sí. Para un regimiento de personas...Luego insistía a toda costa que comiesen más y más. Mi madre también se pasa varios días en la cocina, con todo por medio, todo lleno de harina y de deliciosos olores. Cocina para medio regimiento (nunca conseguimos estar a la altura de mi abuela :). Luego, a su vez, sufría por cada bocado que quedaba: "es que no te ha gustado?", "venga, un poquito más".

   Y yo,  con menos tiempo y mucho menos talento, también me cierro en la cocina y con todos los cacharros e ingredientes de por medio (es la tradición :) intentando hacer "cosas buenas y con amor". Da igual lo que me diga el resto, que no merece la pena el esfuerzo, que se puede comprar o incluso comer fuera,,.,,nada hace que me eche para atrás. Cuando es el cumple de alguien querido le preparas cosas con tu propia mano...... Asi que, aquí están: tres días de trabajo para las galletas decoradas.

Con mucho amor...para mi príncipe...