Felices Fiestas!
La Navidad en mi casa
es ruidosa y estresante. Huele a comida hecha a fuego lento, a abeto natural, a vino caliente con
especias. Es desorden, cantidad de botas, guantes, gorros... De los nervios de las madres, que no abandonan sus
puestos en la cocina, de sus regañinas a los que pasan y dejan huellas. De nieve y de bosques altos. De
villancicos medio cantados, medio murmurados… de los que entran y salen. Los
que esquían y los que prefieren comer. De los que nunca esperan a los demás y de
los que siempre esperan a los demás. De montañas de comida y dulces. Del primo
que siempre lo ha hecho mejor que tú. De volver a ser pequeño. De la huella de Papá Noel que llega a
límite de tiempo y con los regalos mal empaquetados. De trineos y gritos en la
nieve. De quejas y de
agradecimientos. De emoción. De reencuentros. Recordar a la abuela. De todo lo
no dicho y todo lo dicho. De peleas y reconciliaciones. De cuentos de antaño. De
ser más adulto que tus padres y más niño que tus hijos….
La dulce Navidad de los días felices...
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