Lo que es arriba y lo que es desviarse

Om de zapada

       He dicho que dejaría que mi planta creciera libre, que me encargaría solamente de echarle agua y mirarla...Y creció, alta, verde y risueña, con flores rojas casi todo el año. Desde un tiempo hasta aquí, se he vuelta exuberante y ramificada, tanto que se empieza a torcer hasta un lado...quizás buscando el sol como todas las flores, o quizás porque simplemente le ha dado por allí, hacia un lado.
      He esperado que vuelva, he girado el cesto para enderezar su trayectoria...Pero temo que termine torciéndose del todo, y que se rompa bajo su propia libertad y euforia. Así que le pondré un palo recto...un punto fijo, de referencia para que sepa mejor donde es arriba y donde es desviarse…para que se agarre a el si se ve vencida. Buscaré un palo esbelto y delicado a la vez, recto, e inmutable a sus ruegos, eso sí, siempre fiable y tirando hacia arriba.
       Le pido perdón mentalmente por limitar su libertad. "Es por tu seguridad", le susurro en voz baja. Ay, dónde he oído eso? Es lo mismo que me dijo el que me anclo, a su vez, para enderezarme a mi…Y también cuando le enderezaron a el….Cuando a todos nos indicaron lo que era arriba y lo que era desviarse…

Comentarios

  1. Yo no creo en las guías que nos dirigen, al igual que no creo en el destino. Pero creo que hay gente que lo lleva tatuado. Hay gente a la que se le ve a la legua cómo van a acabar. Mi amigo Juan, por ejemplo. Mi amigo Juan tenía el fatalismo escrito en la frente. Ahí ponía “Soy un pringado”. Desde joven ya se le veía su falta de sangre, de actitud, de determinación. Todos sabíamos que era carne de cañón, por diversos motivos. Por ejemplo, todas sus novias eran clones de frialdad e inteligencia, y eran manipuladoras, calculadoras, retorcidas y dominantas. Su primera mujer era, como no podía ser de otra manera, así. Una auténtica tiburona. Y mira que le avisamos y le dijimos “¡Juan, que esta te va a sacar hasta las entrañas!” Pero le dio igual. Se enamoró y claro, la fastidió. En cuanto ella se cansó de él, no le dejó ni los calzoncillos. Ahora anda con su proyecto de amor 8.3, y el 2.0 de matrimonio. ¿Qué cómo es ella? Pues…como las otras. El otro día, tratando de ayudarle le dije: “sabes Juan, que más tarde o más temprano te va a dejar. Y en este caso se llevará no solo tu dinero y tu piso, sino además la custodia del hijo que estáis buscando”. Y él me contestó: “Quizá sea así, pero te aseguro que ahora mismo, esa mujer me hace sentir el hombre más feliz de la tierra. Y ¿sabes lo más importante? Que eso no lo cambio por nada”. A veces, crecer sin guía produce en nuestros rumbos formas preciosas de lo caóticamente desordenadas que son, e incluso, a veces, y solo algunas veces, producen hasta la felicidad.

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