Me pierdo
Te quiero. Siempre te he querido. Quizás no eras tú. O no tú tú. Eras un tú imaginado por mí, con sus atributos y formas, medio verdad, medio sueños…el que he podido tener, o construir, dada la distancia.
Te quiero,
aún ahora. A tú, tú. Al que estoy conociendo ahora. Un tú parecido al anterior,
y también tan diferente. Supongo que te pasará lo mismo. Lo veo en tu mirada,
en la sorpresa de tus ojos. No es lo mismo, verdad? Una chica virtual,
luminosa, que aparece y desaparece según la conveniencia de consultar el
teléfono. No es la misma que una real, impaciente, contradictoria y agitada.
Recuerdas cuando hablamos de la madurez de las expectativas? A eso me refería.
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