Dónde están los besos que te debo?

   Me asustan los besos impulsivos… esos que llegan de una mano invisible que te atrae hacia la boca del otro y te hace querer devorarla. Esos besos que no han construido su historia, que no vienen con promesas de felicidad ni de eternidad. Esos besos que te revuelven el estómago antes, durante y después. Que te hacen imaginar historias que no son. Que su ausencia duele y te empujan a buscarlos de nuevo, donde sea, como sea. Besos que no solo devoran tus labios y tu lengua, sino que también tu conciencia, tu paz mental, tu mente entera. Me asusta su incoherencia, su desnudez, su irracionalidad.
   Y sí… me apetecías. Tú. El beso.
Pero no tuve valor. No contigo.
Porque sabía que aquel beso me iba a atrapar en esa caja de la que luego me cuesta salir.
A dónde van los besos que no te he dado? 

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